miércoles, 9 de junio de 2010

Carpe diem quam minimum credula postero...

Es cierto, París nunca estuvo en la lista, ni en ningún plan. Pero, ¿quién puede prever lo que mañana pasará? El instante corre rápido, cada vez más, y el carpe diem que Horacio cantaba, cada minuto se vuelve más real, más lógico. La vida es un regalo único e intransferible que no pienso dejar a la deriva escuchando el tímido tic tac aterrador que nos acompañará hasta el fin.


Aprovechar el momento no es vivir alocadamente; es exprimir el aliento, es ser valiente, es mirar hacia delante sin olvidar lo que dejamos detrás. Es vivir buscando lo que merece la pena ser vivido, es optimizar el tiempo... es intentar, ni más ni menos, ser feliz.

A eso precisamente he venido aquí. Aunque nunca estuvo en la lista, París es ahora mi casa, mi apuesta, mi ilusión. Aquí he venido a crecer, a amar, a llenar mi saco de sonrisas con otras nuevas. A notar en mis dedos las rozaduras de las riendas, a veces amargas, a veces dulces, pero mías.

Mentiría si dijera que no tengo miedo, que es fácil, que no os echo de menos. Pero también lo haría si digo que no me siento viva.

1 comentario:

  1. A por ellos mon amour! sabes q siempre te apoyaré en todo. Millones de besos madrid-parís ^^

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